miércoles, 12 de febrero de 2014

"ODIAMORAMIENTO" Y OTRAS FORMAS DE PERVERSIÓN (2)


Análisis del perverso narcisista


EL RESPETO

…Los rasgos comunes de un perverso son la constante impulsividad, agresividad, egoísmo, búsqueda de la perfección, inadaptabilidad, intolerancia, irrespeto hacia los otros, y una mala comunicación…

En la lógica perversa, no existe la noción del respeto al otro. 

El perverso Narcisista NO ADMITE su condición. Puede llegar a aceptar que es en algunos aspectos un poco perverso, pero no tiene la capacidad de verse como tal. Esto lo pondría en una realidad que heriría su ego.


LA AUSENCIA

…Si no están nunca donde se los espera, si no hay forma de sorprenderlos, es sencillamente porque no están ahí…

Ausentes de sí mismos, también lo están para los demás


LA CULPA

…Cuando acusan a los demás de ser responsables de lo que les ocurre, no acusan, sino que comprueban: puesto que ellos mismos no pueden ser responsables, por fuerza tiene que serlo el otro. Adjudicarle la culpa al otro, maldecirlo haciéndolo pasar por malvado, no sólo le permite desahogarse, sino también desentenderse (materia en la que son expertos). Ellos no son nunca responsables...

Todo lo que anda mal es siempre culpa de los demás


LOS VAIVENES

…Los perversos narcisistas se apropian de las pasiones del otro en la medida en que sienten pasión por ese otro o, más exactamente, se interesan por ese otro en la medida en que detenta algo que les podría apasionar. Así, podemos ver cómo muestran un gran corazón y, a continuación, unos desaires brutales e irremediables…

Cuando un perverso está a punto de sentirse emocionalmente feliz,
lo rechaza con hostilidad


LA DESTRUCCIÓN

…Para aceptarse a sí mismos, los perversos narcisistas tienen que vencer y destruir a alguien al tiempo que se sienten superiores. Disfrutan con el sufrimiento de los demás. Para afirmarse, tienen que destruir…

Esta transferencia del dolor les permite valorarse
en detrimento de los demás

LA MALDAD

…Desbaratan cualquier entusiasmo que se pueda producir a su alrededor e intentan demostrar antes que nada que el mundo es malvado, que los otros son malvados y que su propio compañero es malvado. Con su pesimismo, van arrastrando al otro hasta que lo sumen en un registro depresivo, y luego se lo reprochan…

Hacen daño porque no saben existir de otro modo


  

EL AMOR

…Atacan antes que nada, al amor hacia sí mismos, a la confianza en sí mismo, y por supuesto en los demás, que no la merecen de antemano ni a priori. Atacan a la autoestima y a la creencia en sí mismo del otro.
Cuando se sienten abandonados o defraudados por otras personas, reaccionan con resentimiento y deseos de venganza, pero no con tristeza por la pérdida de alguien amado o simplemente apreciado.
Su rigidez psicológica y su desconfianza del mundo y de las personas, les convierten en seres inflexibles, intolerantes, fríos y con enormes dificultades para mostrar emociones positivas hacia otros...


Se desprecian a sí mismos y a los demás


Como hemos visto, la perversión narcisista es un arreglo que permite evitar la angustia al proyectar todo lo que es malo sobre el exterior. Es una defensa contra la desintegración psíquica. Cuando atacan al otro, los perversos pretenden, sobre todo, protegerse. Donde podría aparecer la culpabilidad, nace una angustia psicótica insoportable que se proyecta con violencia sobre el chivo expiatorio. Este último es el receptáculo de todo aquello que su agresor no puede soportar. 

Mejor que no te cruces con ninguno, más que nada porque en la mayoría de los casos resulta difícil identificarlos y cuando lo haces, tu corazón y tu estabilidad emocional suelen estar ya muy dañados.

Tienen el principio de que ellos no van a ser los que "salgan perdiendo" en las relaciones interpersonales, (se las toman como una amenaza más en la vida, no como algo que les pueda aportar compañía, amistad, amor, apoyo, o cualquier otro tipo de intercambio de sentimiento positivo) y para conseguir este fin aplican todas sus artes (son muy inteligentes aunque bastante torpes al mismo tiempo, el miedo que les atenaza continuamente no les permite simplemente disfrutar y dejarse fluir).

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